martes, 5 de mayo de 2020

Una propuesta de enseñanza mixta presencial-distancia para el curso próximo

Entre tantos titulares de prensa y diferencias entre el Ministerio de Educación y las Comunidades Autónomas, me ha dado por pensar cómo se podría organizar mi centro en el caso de tener que impartir docencia con el mismo número de profesores al mismo número de alumnos que actualmente, pero físicamente solo la mitad de ellos en clase. Las dimensiones de las aulas y las ratios son las que son, y dudo que ninguna Comunidad duplique la plantilla de los centros.

Creo que todos podemos estar de acuerdo en que existe la posibilidad de nuevos tiempos de confinamiento y que el modelo mixto presencial-distancia es una más que realidad para el curso próximo. Sería una nueva normalidad de semipresencialidad pero, ¿cómo lo haríamos para que fuera factible? Pueden existir muchas formas de hacerlo, pero aquí va una de ellas considerando la estructura de la secundaria en educación de personas adultas, si bien el formato se puede copiar para otras enseñanzas. 

En primer lugar este modelo sería para el caso en el que se tenga un número par de grupos para cada enseñanzas, como es nuestro caso.

Nos encontramos con ámbitos de conocimiento de 7 horas o de 3 horas, o si lo desgranamos por módulos, los hay de 2 horas, 3 horas, 4 horas, o 5 horas, ya que podemos ajustarlos con 4+3 o 5+2, al menos en Madrid.

Mi idea nace de las siguientes premisas:

  • Un profesor imparte docencia del mismo módulo/ámbito en dos grupos del mismo nivel académico (siempre cantidad par)
  • En las clases presenciales asiste solo el 50% del alumnado bajo las premisas de seguridad que se tengan que guardar.
  • Las clases a distancia se imparten juntando los dos grupos. Bueno, esto podría ser más problemático. En centros comarcales pequeños como el nuestro es viable. En un Instituto juntar a 70 alumnos de Bachillerato puede ser una locura y ya veríamos si hay plataforma de videoconferencia que lo soporte.
Para ser más inteligible la explicación pensad que tenemos los grupos A y B, y los dividimos en A1, A2, B1 y B2. Hagamos cuentas según las horas del ámbito/módulo. 



7 horas: El profesor imparte 2 horas lectivas a cada subgrupo (A1, A2, B1, B2) y 6 horas a distancia colectiva para todos los alumnos. En total cada alumno recibe 2 horas presenciales y 6 a distancia. El profesor imparte igualmente sus 14 horas, siete por grupo.

5 horas: El profesor imparte 1,5 horas lectivas a cada subgrupo (A1, A2, B1, B2) y 3,5 horas a distancia colectiva para todos los alumnos. El alumno recibe en total sus 5 horas de clase y el profesor en vez de impartir 10 horas imparte 9,5. Ahorrar estas medias horas también es una propuesta interesante.

4 horas: El profesor imparte 1 hora lectiva a cada subgrupo (A1, A2, B1, B2) y 3 horas a distancia colectiva para todos los alumnos. En total cada alumno reciben 1 hora presencial y 3 a distancia. El profesor imparte un total de 7 horas en vez 8, pero siguen siendo 4 horas por grupo. Ahorramos otra lectiva del profesor para otros ajustes.

3 horas: El profesor imparte 1 hora lectiva a cada subgrupo (A1, A2, B1, B2) y 2 horas a distancia colectiva para todos los alumnos. En total cada alumno reciben 1 hora presencial y 2 a distancia. El profesor imparte un total de 6 horas, recibiendo cada alumno sus correspondientes 6 horas.

2 horas:  El profesor imparte 1 hora lectiva a cada subgrupo (A1, A2, B1, B2) y 1 hora a distancia colectiva para todos los alumnos. En total cada alumno reciben 1 hora presencial y 1 a distancia. En cambio el profesor impartirá 5 horas lectivas en vez de 4, es decir, le supondría una hora al cupo del centro.

Así, sería ideal que los ámbitos de 7 horas lectivas se organicen con la estructura modular de 4 horas + 3 horas. De esta forma ganamos una hora lectiva por cada dos grupos, que bien se podía usar para refuerzos o, según las características del centro, compensar con otras enseñanzas que se oferten.

Todo esto podría ser muy factible si los centros tuviéramos una autonomía real de gestión, sin tanta burocracia y con más confianza desde arriba. Rindiendo cuentas, por supuesto, pero confiando previamente. También habría que ser más flexibles con la normativa y permitir impartir al día 6 horas lectivas en vez de el máximo de 5, y quitar el umbral de 2 horas. Hay que pensar que en los centros comarcales como el nuestro hay que contabilizar también los desplazamientos.

Con una buena planificación es posible este sistema mixto, no perjudicando al alumnado más de lo que les supone la no presencialidad y, además, permitiendo al profesorado conciliar parcialmente con su vida familiar al poder impartir las horas a distancia desde su domicilio si fuera necesario.









2 comentarios:

  1. Buenos días Diego, he leído con sumo interés tu reflexión y me asaltan varias dudas.
    Empezaré por poner de manifiesto la queja unánime del profesorado en que se trabaja mucho más en el teletrabajo que en el presencial.
    Cuando propones juntar dos grupos del mismo nivel, todos ellos seis horas a distancia, para el horario del profesor computa,como 6 o como 6x2=12 horas semanales? Si es como 12 podemos empezar a hablar. Si computa como 6 me parece precariedad laboral y ya solo nos faltaba que fuéramos nosotros los que menoscabaramos nuestros derechos.
    En segundo lugar habrá que hablar de dotar a profesores alumnos y a la propia comunidad de recursos online, incluidos potente fibra y plataformas institucionales que no se colapsen al primer estornudo.
    Y el tercer punto como director de un Cepa- Almaján de Torrelodones- y gran conocedor del alumnado que manejamos veo imposible la idea de sacar cuatro subgrupos homogéneos de dos grupos, pongamos de poblaciones diferentes. Sabes que el ninel de conocimientos de partida en Secundaria es muy heterogéneo y eso hace trabajar con ritmos diferentes incluso en el mismo grupo presencial. En noviembre nuestros alumnos empiezan a ausentarse de clase. No creo que ese absentismo se pueda preveer en septiembre en la subdivisión de grupos y puede darse la casuística fe tener un día 10 alumnos en el grupo A1 y ningún alumno en el grupo A2 o en el B1 y B2 a los que tenemos que atender de forma coordinada otras seis horas en distancia.
    Por no hablar de ausencias del profesorado que puedan afectar a un subgrupo pero no al resto. Añadiendo fiestas locales y festivos que por horarios puedan afectar a un grupo o a otro.
    Me gustaría que dieras respuesta a estas sencillas cuestiones.
    Muchas gracias
    Eduardo

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  2. Buenas tardes, Eduardo.

    En primer lugar indicar que desde mi punto de vista donde esté lo presencial, como toda la vida, que se quite lo demás.

    Por otro lado, si nos obligan a un sistema mixto, como dicen por ahí, la mejor solución sería la mitad de alumnos por clase y el doble de profesores en el centro pero, ¿alguien confía en que aumenten la plantilla algo, aunque sea en un profesor? Yo no.

    Otra opción es matricular a la mitad de los alumnos y la otra mitad que se quede sin estudiar, en lista de espera. Esta opción la descarto porque perjudicamos a los alumnos.

    La propuesta que hago es reflexionando sobre la realidad de mi centro en el que tenemos dos grupos presenciales de Nivel I y dos de nivel II, de ahí lo de grupo pares.

    Nuestras aulas son pequeñas. En la más grande caben 16 alumnos, lo cual es un detalle a tener en cuenta a la hora de pensar en las clases a distancia ya que como mucho se conectarían 32 alumnos, que siguen siendo menos que la ratio de bachillerato, o de secundaria para adultos en muchos centros de Madrid Capital pero son muchos, es cierto, no lo niego. Es decir, esta propuesta ya de por sí no sería viable para un centro con aulas muy grandes con 35 alumnos por clase. Pero sí para un centro con aulas pequeñas como el mío.

    Los subgrupos A1, A2, B1 y B2 podríamos hacerlos según los criterios del centro, buscando homogeneidad o no según se estime. Es más, si luego hay abandonos se podrían cambiar de un subgrupo a otro, ahí está la autonomía del centro para hacer los ajustes que se vieran necesarios en beneficio del alumno. No tendría sentido que en un subgrupo permanecieran los 8 alumnos y en el otro solo 2, habría que ajustar.

    Sí es cierto que sobre el número de horas a distancia se podrían plantear alternativas como que alguna sea de trabajo del alumnado y así el profesor lo tiene para seguimiento y correcciones, no cargando en exceso la necesidad de hacerlo en horario complementario.

    En nuestro caso sí creo que 6 horas a distancia deberían contar como 6 y no como 12. Si no, faltarían profesores. ¿Nos van a dar profesores? La respuesta ya la sabemos, es la de siempre.

    Luego hay muchos matices como los que indicas de días festivos, ausencias de profesores,...pero eso ya lo vivimos en el día a día en la presencialidad.

    Lo que he intentado es ver una opción de si es factible. No que sea ni la única ni la mejor, ni tampoco válida para todos los centros. Pero sí es importante que estos alumnos sigan en un grupo lo más parecido a presencial en cuanto a que mantengan sus 17 horas semanales de atención y todas las semanas tengan al menos una hora presencial de cada módulo.

    Sé que a muchos compañeros no les ha hecho gracias este artículo que no deja de ser una reflexión en voz alta, pensando en mi centro, e intentando adelantarme a lo que nos impongan desde el Ministerio o la Comunidad. Pero deberíamos pensar en tener una opción A, una B, una C,...desde la realidad, flexibilidad y autonomía de los centros, si nos la dan, claro, porque si no sería inviable.

    Lo ideal, mitad de alumnos en las aulas, doble de profesorado.

    Ojalá encuentren una vacuna o lo que sea y el virus desaparezca y volvamos a nuestra normalidad y no a una "nueva normalidad", pero si esta llega debemos de pensar en opciones, que bastante hemos tenido que improvisar estos dos meses y sin poder atender a muchos alumnos que no tienen ni dispositivos ni conectividad. Por eso la propuesta es sobre secundaria porque si hablamos de Enseñanzas Iniciales, por ejemplo, todo cambia.

    Finalmente, ¿cómo organizarías las clases desde vuestra realidad de centro, con el mismo número de profesores, mismos alumnos pero que solo puedan ir la mitad presencialmente y que sigan recibiendo 17 horas lectivas semanales con presencia de su profesor, ya sea virtual o físicamente en el CEPA? Seguro que si todos buscáramos un posible modelo para nuestro centro encontraríamos puntos en común y habría muchas ideas que cogeríamos los unos de los otros, sin olvidar que cada centro es un mundo diferente.

    Saludos

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