miércoles, 29 de mayo de 2019

Alfabetizar en la era digital

La UNESCO define la alfabetización como la habilidad para identificar, comprender, interpretar, crear, comunicarse y calcular, usando materiales impresos y escritos asociados con diversos contextos. La alfabetización involucra un continuo aprendizaje que capacita a las personas para alcanzar sus metas, desarrollar su conocimiento y participar plenamente en la comunidad y en la sociedad.

En consecuencia, la alfabetización es un proceso en sí y no la culminación del mismo. Es el punto de partida en la educación básica que permitirá alcanzar una mayor autonomía personal así como el desarrollo de un aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida.

En cada momento de la historia, la evolución social y tecnológica han marcado las pautas de los soportes en los que leemos y escribimos, así como la forma de enseñar.

Tal vez hayamos olvidado la época en la que tan solo el 24% de la población sabía leer y escribir. Hablamos de la primera mitad del siglo XIX. Es obvio que hemos evolucionado, y mucho, hasta el actual 98,5%(1). La prensa, radio, televisión e Internet, entre otros, han ayudado en este proceso.

En plena era digital, cuando internet se ha instalado tanto en nuestros hogares como en los puestos de trabajo, en España todavía hay 586.000(2) personas analfabetas mayores de 16 años, lo cual indica que aún queda mucho trabajo por hacer, aunque sí es cierto que desde 2012 se han reducido en casi 250.000 el número de personas analfabetas.

Muchos más son, sin duda, los “analfabetos digitales”. Seguro que todos tenemos familiares o conocidos que, aun sabiendo leer, no pueden realizar muchos de los trámites administrativos por vía electrónica por desconocimiento. Así, si nos centramos en los adultos con carencias lecto-escritoras, ¿cómo podemos conseguir que se desenvuelvan con éxito en un mundo digital basado principalmente en el texto y la imagen? ¿Cómo debemos alfabetizar a la vez que usamos las TIC?

La competencia digital y del tratamiento de la información debería cobrar peso hoy en el proceso de alfabetización, lo que abriría  también un amplio camino hacia la  igualdad de oportunidades. Se trata, pues, de adecuar la metodología a los nuevos recursos disponibles de manera que permita aprender a leer en diferentes soportes escritos o digitales y a estructurar la forma de pensar y organizar nuestra mente para poder afrontar el reto que suponen los entornos no jerarquizados de comunicación y búsqueda de información como Internet. De esta forma quedaría garantizado que el día de mañana todos estemos capacitados para pedir online una cita médica, acceder a la cuenta bancaria electrónica o compartir fotos de nuestros amigos y familiares, entre otros.

Cada vez son más las personas que se acercan a los Centros de Educación para Adultos para aprender a leer y escribir, o porque sienten que no tienen los conocimientos básicos (analfabetismo funcional). Tienen la necesidad de acceder a un nivel superior de comunicación y de acceso a la información, así como a nuevos estudios que puedan prepararles mejor para una sociedad y mundo laboral cada vez más digitalizado y tecnológico.

Al tratarse de adultos, contamos con la ventaja de la facilidad de la comunicación oral entre iguales pero con la dificultad del miedo a la barrera tecnológica. Al alfabetizar a través de las TIC, debemos usar la tecnología como un instrumento más a nuestro alcance, sin necesidad de aprender a utilizar de forma exhaustiva programas informáticos, sino como un medio para guiar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este acercamiento humano debe ser el pilar para encauzar la educación para adultos sin diferir mucho de cómo se trabaja con los más pequeños, que experimentan sin miedo al fracaso ya que de los errores se aprende más que de los aciertos.

No obstante, aunque en ocasiones los miedos sean la causa por la que muchos adultos no se animen a apuntarse a un curso de alfabetización, refugiándose en el qué dirán o en su edad, recordemos que nunca es tarde para aprender y superarse.

Grandes genios como Einstein no destacaron en sus estudios primarios, pero tenían a su alcance las herramientas básicas para cambiar el mundo. En cambio, nos hemos perdido grandes médicos, maestros, ingenieros, poetas,… por no saber leer y escribir. Hagamos lo posible para que ninguno más se quede en el camino. No olvidemos que la alfabetización es un derecho humano.

(1) Datos de la EPA del 1º Trimestre de 2019 (porcentualmente)
(2) Datos de la EPA del 1º Trimestre de 2019 (valores absolutos)
(3) El presente artículo es una actualización del que ya redacté y publiqué en septiembre de 2012 en el boletín nº16 del Centro del Conocimiento de Tecnologías Aplicadas a la Educación, CITA, y cuyo portal desapareció, perdiéndose dicho artículo.
(4) Artículo publicado el 28 de mayo de 2019 en EPALE bajo licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0)